lunes, 27 de abril de 2009

También hay repercursiones positivas de la globalización

Un buen ejemplo para demonstrar el poder de la sociedad de comunicación y el poder de la globalización en un sentido positivo es el caso del productor de platanos más grande del mundo que se llama “Chiquita”.

En 1990 Chiquita nació de la empresa United Fruit Company, que se fundó en 1899. La compañía de origen fue famoso por condiciones muy malos para sus empleados y por una producción que afectó mucho el medioambiente de manera negativa.

Pero a partir de los años 80’s la prensión del público y la crítica no solamente de personas que tenían una relación directa con la empresa, sino también de gente, empresas y organizaciones del extranjero subió muchísimo. Entonces United Fruit Company cambió su nombre en Chiquita para establecer modificaciones en todas maneras.

Chiquita invirtió millones de euros para reformar y mejorar sus plantas y para recibir con eso certificados que aseguran und producción sostenible y persistente como ya lo hicieron otras empresas del mismo sector.

Causas para ese cambio total fueron sobre todo el consumidor cada vez más exigente y cuidadosa y los leyes del mercado libre, es decir que sino Chiquita se había cambiado hoy no será el número uno del mercado.

Además George Jaksch, que es el director de la responsibilidad de Chiquita, dice que en el futuro no habrá ninguna empresa exitosa en el mercado que no cumple con un cierto grado de responsibilidad social y medioambiental.

En mis ojos el señor Jaksch tienes razón, bajo la condición que utilizamos nuestras posibilidades de comunicar y manifestar de manera mundial para descubrir y luchar contra cosas que no están justas.

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